lunes, 23 de abril de 2012

Un viejo que leía novelas de amor

Este relato de Luis Sepúlveda tiene su origen en la propia experiencia del autor, que convivió durante seis meses con los indios shuar en la selva amazónica ecuatoriana.
La obra cuenta la historia de Antonio José Bolívar Proaño que vive en el interior de la selva amazónica ecuatoriana; en una pequeña y remota aldea llamada "El Idilio"
Antonio emigró a la selva con su joven esposa en busca de un futuro mejor, siguiendo el reclamo colonizador del gobierno ecuatoriano que ofrecía tierras gratis y apoyo tecnológico a los campesinos que lo desearan. Pero ese futuro prometedor se verá truncado por el inmenso poder de la naturaleza, por la fuerza imparable de la selva, que acabará con la vida de su mujer y a punto está de acabar con la suya.
Antonio será acogido por el pueblo shuar (también llamados jíbaros) con los que aprenderá a conocer la selva y sus leyes, los animales, las plantas y los pueblos que desde siempre la habitan. Aprenderá a sobrevivir con lo que la propia selva le proporciona, recolectando frutos, pescando y cazando. Hasta convertirse en un miembro más de la comunidad shuar, en uno de ellos, en un indígena.
Acercándose a la vejez, Antonio se ha instalado en la aldea de "El Idilio", donde pasa los días leyendo y releyendo novelas de amor, de amor verdadero, apasionado, del que hace sufrir y llorar. Las novelas se las proporciona el doctor Rubicundo Loachamín, dentista que, dos veces al año, recala en la aldea para atender las necesidades bucales de los lugareños. Será durante una de estas visitas semestrales cuando se desencadenan los acontecimientos que sirven de pauta para el relato.
La novela [o relato] cuenta con un escaso número de personajes, descritos de manera simple y sencilla, que es también una característica del lenguaje empleado por Sepúlveda: claro, preciso y sin adornos.
En el trasfondo del texto subyace una crítica a la explotación irracional de la amazonía por parte de los gobiernos de la zona y de las compañías multinacionales. Y en consecuencia una defensa de las culturas indígenas primitivas, cuya convivencia en armonía con la naturaleza está siendo alterada por la intromisión "civilizadora" del progreso. Se trata del eterno conflicto entre civilización y barbarie: la progresiva desvinculación entre el desarrollo de la razón y la naturaleza. Y en este sentido la novela de Sepúlveda se ligaría con la tradición de la novela indigenista americana.
En resumen, una obra muy recomendable, de fácil lectura, entretenida y con mensaje. Tal es así que ha sido traducida a más de 20 idiomas y supera las sesenta ediciones.
También la novela ha sido adaptada al cine en el año 2000, de la mano del director australiano Rolf de Heer, con guión adaptado por él mismo, música de Graham Tradif y fotografía de Denis Lenoir; y protagonizada por Richard Dreyfuss, Timothy Spall, Hugo Weaving, Cathy Tyson, Guillermo Toledo, Victor Bottenbley, Federico Celada y Luis Hostalot. [incluyo el video promocional de la película].

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