sábado, 24 de marzo de 2012

Samarcanda

Samarcanda, publicada en 1988, es la segunda novela del escritor libanés Amin Maalouf. Pese a su origen, toda su obra está escrita en francés. La novela tiene como eje conductor un libro de poemas los "rubbaiyat", desde que fue compuesto y redactado por su autor hasta que se pierde para siempre en el naufragio del Titanic, y está dividida en dos partes: en la primera asistimos al proceso de creación de los versos, a lo largo de la vida de Omar Jayyám, siglos XI-XII; en la segunda contemplamos las vicisitudes de los últimos años del libro, hasta su desaparición, de la mano de Benjamin O. Lesage, finales del siglo XIX y algo más de la primera década del siglo XX.
Las dos partes del libro son muy diferentes entre sí. La primera nos presenta un mundo oriental nuevo y apasionante a los ojos de los europeos, lleno de riqueza y explendor, arte, cultura y refinamiento. Pero también con su fanatismo religioso, su gobierno absolutista y las luchas fratricidas por el poder. Estos elementos que Maalouf pretende describir se plasman en las actitudes de los personajes principales: Omar Jayyám, el poeta, filósofo, matemático, astrónomo, hombre íntegro, tolerante, austero, cabal, más cercano a los placeres mundanos que al misticismo religioso; Nizam el-Molk, gran visir del sultán Maliksah, gobernante todopoderoso, astuto, paciente e implacable con sus enemigos, hábil negociador, conspirador y manipulador, y; Hassan Sabbah que llevará al extremo el fanatismo religioso, con la creación de la secta de los 'assasin', desde su fortalezade Alamut.
La segunda parte, que tiene un desarrollo narrativo algo mas rápido que la anterior, nos situa en un escenario más reconocible. Asistimos al nacimiento del estado moderno de Irán, a la lucha del pueblo iraní por su independencia democrática de la mano de unos pocos líderes religiosos e intelectuales, frente a los intereses de las potencias coloniales europeas, especialmente Rusia.
Si la intención de Maalouf era darnos su visión personal de oriente, distinta al romanticismo decimonónico, a través de estos personajes, el resultado es decepcionante, ya que cae en los mismos tópicos de siempre: harenes misteriosos, amores turbulentos e imposibles en noches estrelladas de desierto, princesas de 'Las mil y una noches', gobernantes despóticos, fanáticos religiosos, etc. Además, las peripecias rocambolescas de Benjamin O. Lesage, tanto en su persecución del manuscrito original de los "rubbaiyat" como en su participación en los acontecimientos independentistas de Irán son, cuando menos, muy poco creibles.
Por otro lado, tampoco nos parece muy acertado el uso de la voz narrativa, ya que desde el comienzo de la novela Maalouf coloca a Benjamin O. Lesage como el narrador de su propia historia, pero al hacerlo en la primera parte de la obra lo es también del relato de Omar Jayyám y el resto de personajes. Algo muy difícil de entender si entre ambas partes de la novela median más de 8 siglos de distancia.
Pensamos que hubiera sido mejor tratar el tema del nacimiento del estasdo moderno de Irán desde un punto de vista más objetivo, como un ensayo; y desarrollar otros aspectos de alguno de los personajes de la primera parte, especialmente Omar Jayyám como astrónomo y matemático.

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