Publicada en la colección Biblioteca Breve de la editorial Seix Barral, en 2006, esta obra nos introduce en el universo literario de Juan José Millás: los juegos de espejos, las reflexiones, las realidades invertidas, la suplantación y la impostura.
La novela se centra en un trio de personajes formado por Laura y Julio, joven matrimonio en crisis y, Manuel, vecino y amigo de la pareja. Un accidente que deja en coma a Manuel da comienzo a la novela. El matrimonio se rompe y Julio aprovecha el coma de Manuel para trasladarse a casa de su vecino. Allí descubrirá que éste y su mujer mantenían una relación desde hace tiempo y que Laura está embarazada de Manuel. Pero también descubrirá su vida a través del espejo, su propia realidad invertida. Intentará suplantar a Manuel vistiendo su ropa, usando su perfume, actuando como él. Se convertirá en la impostura de sí mismo. Manuel fallece y Julio aprovecha que Laura sigue manteniendo contacto "virtual" con él para conseguir que vuelvan a convivir y ser el padre del hijo que espera.
Junto a la trama principal el autor introduce otros personajes, la familia de Julio: su padre, casado en segundas nupcias, su mujer y la hija de ésta, Amanda, que se dedica a la prostitución. Y sobre todo, Julia, la hija de seis años de Amanda, con la que Julio mantiene una relación especial. La ausencia de la figura paterna que desestabiliza emocionalmente a la niña hará descubrir a Julio que la falta de un hijo propio ha sido uno de los principales problemas de su relación con Laura. Su nuevo rol de impostor o suplantador de Manuel le hará concebir la idea de convertirse en el padre del hijo que espera Laura. De formar una familia propia con su mujer y el hijo de otro.
El desenlace final parece un poco forzado, poco creible, pero en la línea de esa realidad invertida, impostada, que tanto le gusta al autor. Pero tampoco es creible la reacción de Julio ante la ruptura con Laura, resignado, indolente, pusilánime. Ni el caracter atípico (por lo lleno de tópicos) de los personajes que conforman la familia de Julio.
Dentro del relato se insertan, casi de manera independiente [tendrá esto algo que ver con la metalitaratura de la que hablamos con la lectura de "Obabakoak"], dos cuentos que son uno sólo. La historia surrealista de las sombras. Sombras que tienen vida propia e independiente del cuerpo que las hace existir. Sombras que sienten y padecen en un universo propio. Millás pone este cuento en boca de Julio, y Julio se inventa el cuento para la niña, que parece disfrutar con este relato tan, aparentemente, alejado del universo infantil.
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